Ley 1/2019 de 20 de febrero, de Secretos Empresariales
El 13 de Marzo de 2019 entró en vigor la Ley 1/2019 de 20 de febrero, de Secretos Empresariales.
¿Qué pretende ésta ley? Principalmente, cubrir la necesidad de proteger la confidencialidad para garantizar la competitividad empresarial, la transferencia de conocimiento público-privada y de la innovación en investigación. Además, busca mejorar la eficacia de la protección jurídica de los secretos empresariales contra la apropiación indebida en todo el mercado interior.
La ley define de la siguiente manera el concepto de secreto empresarial:
Se considerará, secreto empresarial, cualquier información o conocimiento, incluido el tecnológico, científico, industrial, comercial, organizativo o financiero que reúna determinadas condiciones:
1. Ser secreto, en el sentido de que, en su conjunto o en la configuración y reunión precisas de sus componentes, no es generalmente conocido por las personas pertenecientes a los círculos en que normalmente se utilice el tipo de información o conocimiento en cuestión, ni fácilmente accesible para ellas;
2. tener un valor empresarial, ya sea real o potencial, precisamente por ser secreto, y
3. haber sido objeto de medidas razonables por parte de su titular para mantenerlo en secreto.
Puede gozar de dicha protección quien sea titular de un secreto empresarial, es decir, cualquier persona física o jurídica que legítimamente ejerza el control sobre el secreto empresarial, y se extiende frente a cualquier modalidad de obtención, utilización o revelación de la información constitutiva de aquél que resulte ilícita o tenga un origen ilícito con arreglo a lo previsto en la Ley.
Además, la Ley atribuye al titular del secreto empresarial un derecho subjetivo de naturaleza patrimonial, susceptible de ser objeto de transmisión, en particular, de cesión o transmisión a título definitivo y de licencia o autorización de explotación con el alcance objetivo, material, territorial y temporal que en cada caso se pacte.
La Ley de secretos empresariales se estructura en veinticinco artículos distribuidos en cinco capítulos, una disposición transitoria y seis disposiciones finales.
En definitiva, la Ley de Secretos Empresariales, lo que pretende es otorgar mayor seguridad jurídica al titular de un secreto empresarial. Y a su vez, la seguridad y la protección del conocimiento e información no divulgados, siempre y cuando se lleven a cabo las medidas adecuadas establecidas en la Ley.